Con enorme alegría los saludo tras el regreso, hace ya casi un mes, con otros 3.700 peregrinos de la Jornada Mundial de los Jóvenes en Madrid. Venimos llenos de esperanza después de compartir días maravillosos de gozo en torno a Cristo. Fuimos testigos de una fe viva que se difundió por las calles de la capital española a través del testimonio de millones de jóvenes de todos los continentes, que proclamaron a viva voz su amor por el Señor y su deseo de comprometerse a servirlo en la Iglesia.
De seguro, cada peregrino chileno ha podido compartir con su familia y su comunidad eclesial la profundidad de las experiencias vividas junto al Sucesor de Pedro, el Papa Benedicto XVI. Entre otras actividades, participamos en festivales de música, obras de teatro, actividades deportivas, catequesis, procesiones, en la Misa de los chilenos, en el Vía Crucis y en las masivas Vigilia y Misa de Clausura en el aeropuerto de Cuatro Vientos. ¡Dos millones de peregrinos congregados junto al Papa! ¡Dos millones de fieles cristianos que han vuelto a sus hogares con el corazón y la vida arraigada y edificada en Cristo!
Esto no fue un mero entusiasmo, porque estos momentos se celebraron con un recogimiento enorme, con silencio y devoción, con solemnidad y alegría, y eso da cuenta de la fe sólida que anima la vida de tantos y tantos hombres y mujeres de todo el mundo. Y esa universalidad de la fe en Cristo también la vivimos en Chile, la llevamos como un tesoro que no podemos conservar sólo para nosotros, sino que nos urge a salir a las calles a proclamarlo “a tiempo y a destiempo”, como nos invita el apóstol Pablo.
Ese será el espíritu de la Misión Joven que nos disponemos a vivir ya desde este año. En medio de un mundo y de un país sumido muchas veces en sombras de depresión, queremos que nuestra fe brille como luz en medio de las tinieblas. El testimonio de una vida coherente con el Evangelio hace que la experiencia de la fe se vuelva atractiva. Son miles los chilenos sedientos de escuchar la Palabra de Dios, de encontrarse y conocer a Cristo y de ver cómo es la vida cristiana vivida de manera radical. Los jóvenes pueden ser los mejores evangelizadores si dan este testimonio con alegría y creatividad. ¡Y claro que pueden hacerlo con la ayuda de Dios! ¡Se nos viene la Misión Joven 2012 y debe ser una verdadera fiesta de la fe que se esparcirá por calles, barrios, colegios, universidades y todos aquellos espacios donde haya un corazón esperando a Cristo!
Los animo a que renueven su fidelidad a Jesús y a su Iglesia, y que permanezcan muy arraigados en su amor, que renueva la faz de la tierra, y que se preparen para ser misioneros con sus voces y sus vidas. Así lo hizo la Santísima Virgen María, a quien le pido que los acompañe en los desafíos que tienen que enfrentar cada día.
¡Que la paz del Señor permanezca con ustedes y sigamos en contacto a través de este portal de la Misión Joven 2012!
+ Cristián Contreras Villarroel
Obispo Auxiliar de Santiago
Presidente Comisión Naciona de Pastoral Juvenil