Así, del 3 al 6 de agosto, el Papa fue el líder de una reevangelización de la propia Iglesia, a la que quiere "de puertas abiertas, donde quepan todos". Y es que Lisboa fue el escenario propicio para que jóvenes, de diferentes nacionalidades, pero en la misma sintonía, buscaran a Jesucristo en la Palabra, en la inspiración del Papa, en la adoración al Santísimo y en las alabanzas; más aún, quedando cautivados por su iglesia y fortaleciendo la manera de ver a Jesucristo en el otro.
"Repitan conmigo”, dijo el Papa a los jóvenes. “En la Iglesia entran todos, todos, todos". Eran mensajes fácilmente comprensibles y deseados por los presentes, llenos de amor por nuestro Señor Jesucristo.
Tan es así, que el Pbro. Ariel Robledo Díaz, asesor de la Pastoral Juvenil Vocacional Arquidiocesana, resume la enseñanza del Papa Francisco a los jóvenes: "En la Iglesia cabemos todos y todos somos para todos".
Al respecto, una de las frases del Pontífice que más marcó a Robledo Díaz es: "En la vida todo se paga y lo único regalado es el amor a Jesucristo".
Mientras, la peregrina Johanka Taucare, agradece al Señor por lo bueno y bondadoso que ha sido antes, durante y posterior a la Jornada Mundial de la Juventud, por sus señales claras que reafirmaron la voluntad para que ellos participaran en dicho encuentro.
Para Johanka, la mayor enseñanza que le deja el mensaje del Papa es que "nada es gratis ni fácil en la vida", pues todo amerita esfuerzo, preparación, constancia y fe.
"Con voluntad de Dios, todo es posible porque el amor de Jesucristo es gratis y es para todos. Con ese infinito amor que él nos tiene, nos ayudó a llegar a la JMJ para recibir toda esa gracia maravillosa, todos esos aprendizajes", reflexiona.
Asegura que la realidad que vivieron en Lisboa con la participación de miles jóvenes en la jornada, es que la Iglesia Católica está más viva que nunca, porque cuando la Iglesia está sostenida por Cristo, persevera por siempre. "Desde que salimos de Chile, comenzamos a peregrinar y nos enamoramos aún más de nuestra Iglesia".
Por su parte, Tafne Serrano, joven peregrina de la JMJ, asegura haber vivido una experiencia “tremenda”. Ser testigo de la universalidad de la Iglesia, jóvenes de tantos países del mundo cantando con fervor a Dios en muchos idiomas, fue para ella muy emocionante.
"Impactante ver al Papa y escucharlo hablar en español, su palabra, su mensaje. Me quedo con su última homilía sobre resplandecer, amando como Cristo, no tener miedo y seguir hacia adelante en este camino", expresó emocionada.
Fuente: Comunicaciones La Serena